sábado, 5 de julio de 2008

A mi padre que me dio la vida y mucho más...

Hermanos Yo viajé por los valles solitarios y rodé por las urbes mundanales, encontré multitudes silenciosas y observé soledades a raudales. ¿Dónde está el viviente ser humano manantial de ternura y experiencia? ¿Ha perdido ya sus atributos no tenemos acaso más conciencia? ¿Qué es el hombre para el hombre?, ¿la negación de la imágen fraterna? Hasta cuándo seguiremos arrastrando nuestra carga de intolerancia eterna. Sigo buscando aquel que con conciencia quiera volver a sentirse ser humano, que no reniegue de Dios ni de la ciencia pero que vea en cada ser, su hermano.

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